GINEGRA (LWI) - Del 16 al 20 de octubre de 2024, se llevó a cabo en Brasilia el XXXIV Concilio de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil (IECLB), bajo el lema: “¿Qué Iglesia nos llama a ser Dios?”. Este evento especial coincidió con la conmemoración de los 200 años de la presencia luterana en Brasil, destacando la importancia histórica de la inmigración y la fe en el país. El concilio reunió a conciliares y representantes de todo Brasil, quienes fueron cálidamente recibidos por la Comunidad Evangélica de Confesión Luterana de Brasilia y el Sínodo Brasil Central.
El 16 de octubre, la celebración comenzó con una sesión solemne en la Cámara de Diputados de Brasil, en la que se destacó el legado de las comunidades inmigrantes y la resiliencia de la fe luterana. Durante los discursos, parlamentarios y representantes de la iglesia recordaron el impacto de la tradición luterana en la educación, la salud y el servicio social en Brasil, subrayando cómo la fe luterana ha promovido la paz, la justicia y la solidaridad a lo largo de dos siglos. La pastora Silvia Genz, presidente de la IECLB señaló: “Este es un momento de profunda gratitud, en el que recordamos cómo nuestra iglesia ha caminado junto a los más vulnerables, brindando esperanza en tiempos difíciles”.
El Concilio también abordó temas cruciales en diversas cámaras temáticas, como diaconía, gestión financiera, comunicación y normativas, que se reunieron para discutir y sugerir acciones futuras. El 19 de octubre, se presentaron las recomendaciones al plenario del Concilio, entre las que destacaron la aprobación de una política de diaconía, el presupuesto para 2025, y las nuevas Metas Misioneras para 2025-2030, las cuales buscan fortalecer la misión de la iglesia y su testimonio público.
Un culto ecuménico contó con la participación de destacados líderes como el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, y el presidente de la Federación Luterana Mundial, Rev. Obispo Henrik Stubkjær, quien expresó su gratitud por el legado de la fe en Brasil, afirmando: “Han elegido la misión holística como su tema. Con 200 años de historia, señalan aquello que nos une en Cristo, a saber, que como iglesia, somos enviados al mundo para proclamar el evangelio tanto en palabra como en acción”. Además, subrayó la relevancia de continuar trabajando juntos por la justicia y la paz. También participó del Concilio la Rev. Sonia Skupch, Secretaria Regional de América Latina y el Caribe y Norteamérica, además de liderazgo de otras iglesias luteranas de América Latina.
El símbolo del Ipê, árbol característico del cerrado, acompañó el evento, representando la esperanza y la renovación. Este símbolo, junto con las reflexiones sobre la solidaridad en tiempos de crisis, como las recientes inundaciones en el sur de Brasil, marcó el cierre del Concilio, subrayando el compromiso de la IECLB con la justicia, el amor y el servicio evangélico. El XXXIV Concilio fue un testimonio vivo de la fe y la historia luterana en Brasil, una iglesia que continúa creciendo y adaptándose a la pluralidad y complejidad del contexto brasileño, mientras sigue floreciendo con esperanza y solidaridad. El mensaje final del Concilio destacó el llamado a ser una iglesia que, desde su identidad luterana, se compromete con la justicia, la paz y la creación, enfrentando las injusticias económicas, de género, raciales y socioambientales con una fe solidaria, mientras abraza la pluralidad de la realidad brasileña como testimonio de su misión en el mundo.