SANTIAGO DE CHILE / Chile (LWI) - En una destacada intervención durante una audiencia pública celebrada el 26 de marzo ante el Tribunal Constitucional, la Rvda. Sandra Rozenberga-Saavedra, en representación de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH), defendió ardientemente el concepto de "educación no sexista". Este término, parte integral de la "Ley Integral de Violencia de Género", ha sido objeto de debate luego de que 54 parlamentarios presentaran un requerimiento para su eliminación.
La definición en cuestión, presente en el inciso 2° del artículo 12 de la ley, establece que "los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado deberán promover una educación no sexista y con igualdad de género y considerar en sus reglamentos internos y protocolos la promoción de la igualdad en dignidad y derechos y la prevención de la violencia de género en todas sus formas".
Rozenberga-Saavedra expresó su apoyo a la aprobación de la ley, subrayando que "valoramos y celebramos que, después de más de siete años de discusión en el Congreso Nacional, la Ley Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género haya sido finalmente despachada". Además, destacó que el compromiso con la justicia de género es una cuestión de fe para la comunidad luterana.
La pastora enfatizó: "La justicia de género reconoce y aborda sistemas y situaciones de desequilibrio e injusticia para ayudar a transformar las relaciones entre las personas. La promoción de una educación no sexista viene al encuentro de los principios cristianos que profesamos basados en la Biblia, pues, según Génesis 1:27, Dios creó a todas las personas 'a su imagen y semejanza'".
Asimismo, agregó que la educación no sexista es fundamental en la prevención de la violencia contra las mujeres, refutando la impugnación presentada. "La educación no sexista, de ninguna forma, es contraria al derecho preferente de los padres o a la libertad religiosa, ya que una educación que no discrimina permite educar para construir una sociedad donde todas las personas vivan plenamente en libertad y dignidad", concluyó.
La intervención de la pastora Rozenberga-Saavedra recibió el respaldo de un grupo de organizaciones cristianas y ecuménicas, quienes afirmaron que la discriminación y la exclusión atentan contra los principios evangélicos y universales de la fe cristiana, así como contra los derechos y el principio de no discriminación de género establecidos en convenciones internacionales ratificadas por Chile.
Estas organizaciones enfatizaron que el Estado laico debe velar por los derechos de todas las personas, incluida la garantía de una educación que no promueva la discriminación por razones de género.