Las personas participantes de la Preasamblea de América Latina, el Caribe y América del Norte, obtuvieron información sobre la tarea de la iglesia miembro de la FLM y el programa de país en Colombia. Esto incluyó un panel sobre el proceso de paz del país, las visitas de campo a proyectos diaconales y una presentación sobre la vida y la estructura de la iglesia.
Iglesia miembro y programa del Servicio Mundial construyen esperanza, justicia y paz
(LWI) - Las mujeres son pilares de la iglesia y de la sociedad en Colombia. La Iglesia Evangélica Luterana en Colombia (IELCO) cuenta con varias mujeres en el ministerio ordenado y coordinando ministerios y proyectos. Las mujeres también desempeñan un rol esencial en la promoción de la paz y la reconciliación en un país desgarrado por los conflictos. El programa Colombia-Venezuela de la Federación Luterana Mundial (FLM) está dirigido por un equipo predominantemente femenino.
Quienes participaron de la Preasamblea de América Latina y el Caribe y América del Norte tuvieron la oportunidad de conocer más de cerca estos aspectos del país anfitrión.
Los esfuerzos por la sanación, la paz y la reconciliación
Cuatro mujeres compartieron sus experiencias y perspectivas sobre el actual proceso de paz, que se lleva adelante en Colombia, donde el conflicto armado ya lleva 60 años. El panel del cual participaron fue moderado por Laura Chacón, Coordinadora de Comunicaciones e Incidencia Política del programa de la FLM para Colombia y Venezuela.
Nidiria Ruiz Medina ha contribuido a la construcción de la paz fundando la asociación de mujeres AINI y participando en la asociación de víctimas Comunidades Construyendo Paz en Colombia (CONPAZCOL). "Queremos cambiar lágrimas por sonrisas", afirmó. Como ocurre en muchos casos, familiares y personas allegadas "han sido forzosamente desaparecidas". En este momento, ella lidera un proceso con familiares de personas desaparecidas y en busca de la verdad. Expresó que asumir el dolor causado por estas pérdidas y encontrar un camino de reconciliación entre víctimas y victimarios es un proceso que necesita el acompañamiento de la Iglesia. "Estar con nuestras comunidades y aportar el toque de una mano reduce el dolor".
En representación de 34 comunidades indígenas, Blanca Ligia Bailarín, es la líder y portavoz de la Mesa Interétnica por la Paz y coordina la Casa Madre. Ofrece un espacio a estas comunidades, que se sienten abandonadas por el gobierno y que ahora se esfuerzan por construir la paz desde la base, fortaleciendo sus identidades indígenas. Eso incluye volver a conectar con las prácticas espirituales indígenas: como las personas jóvenes, en su desesperación, suelen optar por unirse a grupos armados, las personas ancianas "hacen un ritual espiritual para evitar que los y las jóvenes se unan a un grupo armado ilegal y para armonizar la comunidad".
Luz Mary Cartagena Ceballos es una excombatiente que dejó las armas y firmó el Acuerdo de Paz hace seis años. Sin embargo, seguir el camino de la paz no es fácil, ya que numerosas personas excombatientes han sido asesinadas, y muchas están desilusionadas porque "el gobierno las abandonó". A pesar de todo, Luz Marie es actualmente vicepresidenta del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Jacobo Arango. "La iglesia luterana no nos olvidó y este acompañamiento debe continuar, hay que mantener viva la esperanza", expresó.
Para sumar la perspectiva de un organismo internacional estuvo Montserrat Solano Carboni, Representante Adjunta de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Colombia. Reiteró el compromiso de la ONU con la paz y con el acompañamiento en Colombia. Dijo no obstante que "es necesario abordar las causas estructurales del conflicto". Quienes defienden los derechos humanos fueron asesinados, las personas confinadas o desplazadas, y algunos grupos armados sustituyeron al gobierno en las zonas que controlan, sometiendo a la población que vive allí.
Solano elogió el involucramiento de las iglesias en la defensa de los derechos humanos, afirmando que "la protección a partir de la presencia de representantes eclesiásticos" había sido eficaz para reducir la violencia. Además, destacó la ayuda de la espiritualidad para "resistir el conflicto". Sin embargo, "la reconciliación y el perdón solo suceden a nivel personal", manifestó Solano, y podrían apoyarse en la espiritualidad". En otro nivel, las iglesias podrían ofrecer espacios para "la participación segura, abierta y no discriminatoria de las víctimas en el proceso de paz".
El programa de país de Colombia-Venezuela
Carmen García, Representante del programa de país de la FLM en Colombia-Venezuela, presentó el programa a quienes participaron de la Preasamblea. La FLM desarrollar el programa en Colombia desde hace más de veinte años.
"Durante dos décadas hemos acompañado a las personas que viven en las regiones de Colombia más afectadas por el conflicto armado y por la desigualdad", manifestó. "Nuestro compromiso con la paz se enfoca en respetar y trabajar con las comunidades con mayores índices de pobreza del país y con aquellas que son más afectadas por el conflicto interno. Nuestro objetivo es llegar directamente a los lugares más remotos, generando confianza para trabajar mano a mano con las organizaciones locales asociadas."
"Nuestra vocación es ser "Un solo cuerpo" trabajando junto la IELCO y otras contrapartes, sanando las heridas de las personas marginadas por el conflicto armado, el cambio climático, el desplazamiento y la migración."
Mujeres lideresas en la iglesia
La Rev. Liria Consuelo Preciado, primera mujer ordenada en su iglesia hace 25 años, coordina actualmente la pastoral de la IELCO. Hay tres mujeres y cinco hombres sirviendo pastoralmente en las 21 congregaciones y misiones de la iglesia. "Nos anima ver a personas cuyas vidas se transforman a nivel personal y familiar. Tienen un impacto en sus comunidades y son un don para la iglesia", expresó Preciado.
La labor diaconal de la iglesia está coordinada por Olga Gualteros. Los programas abarcan desde la construcción de la paz hasta la educación, pasando por el acompañamiento a personas migrantes y la provisión de espacios seguros para personas marginadas, ancianas y discapacitadas.
Katherine Pico es la coordinadora de juventud de IELCO. "Nuestro esfuerzo está en el empoderamiento de la juventud de Colombia a través de la palabra de Dios. Queremos reconocernos, aceptarnos y amarnos como personas jóvenes, hijas e hijos de Dios", afirmó.
Melissa Gómez coordina el Ministerio Nacional de Evangelización. Ese ministerio colabora con los demás ministerios para desarrollar su tarea y sus acciones, organizando procesos de formación y encuentros locales, regionales y nacionales. En estos procesos participan personas que integran y simpatizan con las misiones y congregaciones de la IELCO.
Visitas de campo
Quienes participaron de la Preasamblea tuvieron la oportunidad de visitar uno de los cuatro proyectos o ministerios de la IELCO en la capital colombiana, conociendo a su motivado personal y a las personas a las que sirven.
Una de las instituciones más antiguas de la IELCO es el Colegio Evangélico Luterano de Colombia - San Lucas, (CELCO), un colegio que ha servido a la sociedad colombiana durante las últimas décadas. El colegio se encuentra entre los diez mejores del país. Por medio de su proyecto "Educar para la Vida" busca "formar personas que transmitan los valores cristianos en nuestra sociedad colombiana de manera democrática, analítica, creativa y autónoma".
Desde hace cuatro años, la Pastoral Migrante es una de las áreas de trabajo de la IELCO. Desde allí se procura estar cerca de las personas más pobres, apostando por la reconciliación, la inclusión, la equidad y la vida. La pastoral atiende de manera integral a las personas que transitan o que se establecen en el país. Su objetivo es integrar a las personas migrantes en la sociedad colombiana, ofreciendo un espacio para compartir sus experiencias y dificultades, su dolor y sufrimiento. Además, ayuda a las personas migrantes a identificar sus habilidades y capacidades, creando vínculos a partir de una base cultural.
El Centro de Ancianos y Ancianas El Buen Pastor ofrece un espacio para personas mayores de 60 años. En muchos casos, viven solas o no cuentan con el apoyo de sus familias. El centro ofrece alimentación, recreación, terapia ocupacional y acompañamiento espiritual por parte de los pastores y pastoras de la IELCO a unas 60 personas participantes durante todo el año.
El Centro de Formación Integral La Vid Verdadera se fundó en 2006. En la actualidad, ofrece un espacio para personas con discapacidad mental y auditiva. Brinda apoyo psicosocial, cursos de lengua de señas y formación en oficios como la talabartería y la costura. Los artículos elaborados por las personas participantes se venden en una tienda del centro.
Nidiria Ruiz Medina speaking about her efforts to find persons who disappeared during the conflict in Colombia